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Las API ayudan a las aplicaciones a acceder a los datos, para llevar a cabo las tareas diarias, por supuesto, que todo ello depende de los permisos otorgados a través de los desarrolladores y propietarios de los dispositivos.
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Una buena API facilitará el trabajo a los desarrolladores en la creación de nuevos programas, también son utilizadas para diseñar aplicaciones más eficientes reutilizando los viejos códigos o estructuras, para solo modificar las partes más relevantes sobre los procesos o elementos que se desean actualizar, mejorar o crear, lo que se traduce en un ahorro significativo de tiempo y dinero.
Seguramente ya has escuchado algo en relación al término API, a menudo las compañías de informática lo emplean para referirse a alguna aplicación, sistema operativo o página web, mostrando sus múltiples ventajas, pero te has preguntado realmente, ¿qué es y para qué sirve una API? En Suma móvil, primera plataforma en servicios móviles para MVNOs en Colombia, Chile y Perú te lo contamos.
Las API permiten que diversos programas o servicios se comuniquen entre sí, logrando simplicidad en el proceso de desarrollo e integración de las aplicaciones. Cuando son diseñadas nuevas herramientas las API brindan flexibilidad y oportunidades de innovación, sin embargo, profundicemos con más detalles este tema.
¿Qué es una API?
El término API es el acrónimo de Application Programming Interfaces, lo cual se traduce al español como Interfaz de Programación de Aplicaciones. Se trata de un conjunto de códigos y protocolos que hacen posible la integración y comunicación entre diferentes dispositivos digitales, así como de programas de aplicación y servidores de datos.
Las API funcionan como una especie de columna vertebral. A través de ellas se comunican diferentes aplicaciones, con el fin de cumplir una o varias funciones. Del mismo modo, permiten a los desarrolladores de programas la integración de nuevos componentes en los sistemas preexistentes.
Las API ayudan a las aplicaciones a acceder a los datos, para llevar a cabo las tareas diarias. Por supuesto que todo ello depende de los permisos otorgados a través de los desarrolladores y propietarios de los dispositivos.
El diseño de una API puede responder a diversos usos, por ejemplo, de uso público para que cualquier desarrollador cree su propia API a partir de las ya existentes, o privadas para resolver una situación o necesidad empresarial en un ambiente específico.
¿Para qué sirven las API?
En términos sencillos, las API son muy versátiles, son una especie de traductor que funciona como intermediario para que dos personas que no hablan el mismo idioma se comuniquen entre sí.
En este sentido, una buena API facilitará el trabajo a los desarrolladores en la creación de nuevos programas. También son utilizadas para diseñar aplicaciones más eficientes reutilizando los viejos códigos o estructuras, para solo modificar las partes más relevantes sobre los procesos o elementos que se desean actualizar, mejorar o crear, lo que se traduce en un ahorro significativo de tiempo y dinero.
Las aplicaciones y utilidades de una API son muy diversas, entre ellas destacan:
- Potencian las aplicaciones de escritorio.
- Permiten el envío de información a otros programas de forma remota.
- Están detrás de la mayoría de las funciones que realizan las aplicaciones.
- Conectan los dispositivos a las redes inalámbricas.
- Facilitan la interacción entre aplicaciones.
- Hacen posible la existencia de las aplicaciones móviles.
- Conectan cosas cotidianas.
- Permite que los servicios sin código utilicen su arquitectura para realizar funciones concretas.
- Admite el uso de los servicios en la nube.
La versatilidad de las API permite que sean utilizadas en sistemas operativos, bases de datos, hardware informáticos, sistemas basados en la web, entre otros. Son un recurso invaluable que utilizamos a diario sin darnos cuenta.